En mi familia siempre nos ha gustado estar en la cocina, bien para guisotear o bien para comer, somos así, de buen yantar. Creo que esta pasión por cocinar nos viene de mi abuelo Marcelino, comedor donde los haya pero también un gran cocinillas, a él le dediqué este blog el día que lo inauguré no solo porque me enseñara de bien pequeñita la canción que da título al blog sino también porque como cuenta muchas veces mi madre mi abuelo ha sido un hombre adelantado a su tiempo, ha cocinado para sus hijos y su mujer y ha cuidado de ellos cuando en aquellos años esas "tareas" estaban mal vistas en los hombres. Uno de los recuerdos que mi madre tiene de su infancia es el de los desayunos del fin de semana cuando su padre se levantaba temprano para preparar unas ricas magdalenas o unos buenos churros para sus hijos, muchas también han sido las veces que he comido con mis abuelos, Los Marcelinos (mi abuela también se llamaba Marcelina, la mejor persona que ha habitado en este mundo), en su casa, siempre estaba todo bueno, y las manzanas asadas que hacía "el Marcelino" inigualables. Y esta pasión por la cocina, sin duda, ha traspasado generaciones, a sus cinco hijos les gusta la cocina, mi madre es para mí, la mejor cocinera del mundo, nada se le resiste, mi tío y padrino Javi hace un bacalao (al pil pil o con tomate) que quita el sentido y mi tía Tere hace la mejor quesada que podais probar, de ella he robado esta receta que os enseño hoy, un postre que triunfa allí donde va, aún no conozco a nadie que no haya sucumbido a sus encantos. Un secreto familiar que os desvelo hoy con esta receta...
Ingredientes:
4 o 5 quesitos (en porciones del Caserío, por ejemplo)
1 yogur natural o de limón
3 huevos
1 medida del yogur de azúcar
1 medida del yogur de harina
1 medida del yogur de leche
2 medidas del yogur de nata
Canela en polvo (un poquito)
Elaboración:
Batimos todo bien hasta que los ingredientes formen una masa homogénea, untamos un molde de mantequilla. Precalentamos el horno 15 minutos a 180º, una vez caliente metemos la quesada y dejamos cocer durante unos 40 minutos a 180º, tiene que quedar bien dorada.
Como cada horno es un mundo vigilad el vuestro, yo durante el tiempo que la tengo en el horno tengo que estar cambiando todo el rato calor arriba y abajo o solo abajo pues mi horno es viejo y ya tiene achaques, como veis en la foto por el centro se ha hecho algo más pues la resistencia está estropeada.
Si quereis desmoldar la quesada suele resistirse bastante, por lo que encima del molde he puesto papel vegetal y como veis en las fotos, queda genial.
Podeis acompañar al servir con mermelada casera de fresa o moras, es un postre perfecto para comidas con amigos en el campo o barbacoas pues no necesitais ni tenerla en frio previamente y con una servilleta no os hará falta ni plato.
A triunfar con este postre!